El riego con manguera es el que más fácil tenemos si disponemos de una manguera con suficiente presión para llegar a todos los rincones del huerto, es adecuado para huertos urbanos de pequeño tamaño.
Su gran ventaja es que no requiere ningún tipo de instalación. En cuanto a las desventajas, son evidentes: pierdes mucho tiempo regando y es difícil hacerlo con uniformidad, con lo cual pierdes agua; si te pasas en la presión, dañas algunos cultivos; al mojarse las plantas, las gotas hacen de lupa con el sol y se dañan los brotes tiernos de las hojas de las plantas; además, en ocasiones son necesarias mangueras largas para no tener que cambiar de punto de agua y si ésta es muy larga, tiende a enredarse o doblarse, además hay que tener cuidado para no estropear las plantas por arrastre y las mangueras por mal uso. El riego a manta es una de las formas más antiguas de riego de cultivos que existe. En algunos casos puede ser conocido como riego de superficie o riego por inundación.

Se utiliza habitualmente cuando el huerto está organizado por surcos, consiste en dotar al terreno de un borde contenedor e inundar los bancales o surcos soltando agua por igual a todo el terreno.
Las desventajas de este sistema de riego son: el gasto del agua que se pierde en el subsuelo sin que las plantas lo aprovechen, el descontrol y desequilibrio hídrico que tienen las plantas al regarlas unos días mucho y otros nada, que la tierra se apelmaza a largo plazo y el agua se evapora rápidamente, lo que provoca
la erosión de la tierra, que se empobrece poco a poco. Como ventaja, al igual que el sistema anterior, es que no requiere ningún tipo de instalación y por tanto, de inversión.

SI VAS A REGAR MEDIANTE LOS SISTEMAS TRADICIONALES, DEBERÁS HACERLO EN EL HORARIO Y DÍAS ESTABLECIDOS PARA TU HUERTO, QUE SE TE ASIGNAN EN EL MOMENTO DE RESERVAR TU PARCELA.